lunes, 30 de julio de 2012

El eterno conformismo del mexicano

Hay cosas que se nos hacen cotidianas. Para un país como México, en donde nuestros derechos suelen ser pisoteados diariamente, en donde existe el favoritismo hacia las clases altas y a los de abajo solo les queda recoger las migajas con actitud sumisa, es fácil entender por qué millones de mexicanos se prestan a los caprichos de un sistema; desde la obediencia programada, que logran eficazmente a través de los medios de comunicación, hasta el servilismo descarado, que encontramos en personas con falta de dignidad, originada sin embargo por la pobreza y los valores casi nulos recibidos en casa y en la escuela.

Imaginemos una persona cuyos abuelos habitaron una casa de lámina toda su vida, y de igual manera lo hicieron sus padres, seguramente esta persona verá con cierta naturalidad vivir en esa condición si es que eso no le impide respirar, comer, y evidentemente tener un trabajo mal pagado, que le permita sostenerse en ese estilo de vida. Y aunque su situación tampoco le es indiferente, pues sabe muy bien acerca de cómo otros gozan de riquezas; asume que hay diferentes estratos sociales y que sin embargo, a él le corresponde el de vivir precariamente; al menos eso es lo que le han hecho creer los medios, el mismo sistema.

Pareciera que “el ser destacado en la vida “ tiene su sustento en casa, en la escuela, en nuestros primeros años de formación. Aclaro que destacar en la vida, no debería ser la idea absurda de poseer mucho dinero y vivir en la opulencia. Sino de llevar una vida digna, libre de deudas y que a los nuestros no les falte lo necesario para comer, para vestir, para educarse y culturizarse, etc. Como mexicanos, son muchas las cosas de las que carecimos y seguimos careciendo, pero no porque en la mayoría de los casos nuestros padres no nos hayan querido otorgar lo mejor, después de todo, como citaba una escritora alemana llamada Louise Hay, somos “víctimas de víctimas”, e independientemente de lo que nos haya tocado vivir, que fuera parte esencial de nuestro desarrollo intelectual y por consiguiente de nuestros anhelos de mejorar como seres humanos, tenemos el derecho a ser felices buscando mejorar nuestro entorno.

Pero mejorar nuestro entorno, va más allá que la autodeterminación de ser felices a pesar de las circunstancias. Es cierto que es bueno llevar una actitud positiva aunque literalmente “nos vaya de la fregada”. Pero cuando caemos en la conclusión de que estamos viviendo en una mala condición por las secuelas que deja un mal gobierno, como lo son la falta de oportunidad laboral, la educación de quinta que se recibe en este país, los salarios bajos que recibimos los que alcanzamos a tener un trabajo, y la lista podría seguir…. Es ahí cuando debemos dejar de cruzarnos los brazos para empezar a actuar, para unirse con los demás millones de mexicanos que curiosamente están pasando por lo mismo, de salir a las calles y manifestarse; no por flojos e irreverentes, tampoco porque apenas nos hemos dado cuenta de cómo están las cosas en nuestro país; sino porque estamos informados de la red de corrupción que encierran a los políticos que nos dirigen.

Se tiene la idea de que los inconformes somos rebeldes, personas frustradas que buscan ser mantenidas por el gobierno. Por supuesto que no. Somos personas conscientes de que TODOS merecemos un mejor nivel de vida por los impuestos que pagamos; vivimos pensando en trabajar y dar nuestro mejor esfuerzo, con la esperanza de que al hacerlo bien, construimos no solamente un mejor futuro para nosotros sino también para un México en conjunto, incluso para los apáticos que se quedan en su casa quejándose de nosotros. Ha llegado el punto en donde el dejar de ser conformista, significa manifestarse a viva voz en las calles, de empezar acciones concretas en conjunto contra el sistema que nos ha oprimido durante décadas. Si eres de los que apoya esta causa, no te quedes más en casa pensando en que sí hubo un fraude y que no hay cómo reparar el daño; con todo respeto te invito a que te unas a las marchas que pelean por una causa justa e informada. 

Infórmate. Divulga. Comparte. Despierta de ese sueño programado. No te conformes.

martes, 17 de julio de 2012

¿Y tú, cuánto cuestas?

En una sociedad donde todo se ha convertido en una mercancía ¿Y tú cuanto cuestas?, cuestiona filosóficamente a la gente de las calles de la ciudad de México y Nueva York sobre su relación con el dinero, la vecindad geográfica o la influencia cultural. El autor, asegura que los círculos de poder que controlan al mundo ven al ser humano como un producto, el cual está diseñado y programado para consumir otros productos. Las profundas reflexiones, invitan al espectador a cuestionar el sistema que rige a la civilización occidental, sin ser una cinta con pretensiones propagandísticas y evitando abordar temas políticos tendenciosos directamente.


De La Servidumbre Moderna

De la servidumbre moderna es una película documental franco-colombiana realizada en 2009 por Jean-François Brient completamente libre de derechos de autor. Fue elaborada a partir de fragmentos malversados de películas de ficción y de documentales. El objetivo central de esta película es revelar la condición del esclavo moderno en el marco del sistema totalitario mercantil y dar a conocer las formas de mistificación que ocultan su condición servil.

Teletirania: La dictadura de la television en Mexico

Teletiranía: La dictadura de la televisión en México, está basado en una exhaustiva investigación, critica con humor corrosivo los contenidos y las conductas públicas de los concesionarios de este medio que reclaman para sí el poder total. La crítica incluye a una clase política que atemorizada se somete, y hace posible que se someta a los ciudadanos a la telecracia, ese imperio de lo banal que amablemente se impone a través de la pantalla chica a una sociedad desinformada y conformista.

Teletiranía es un documental indispensable para entender el papel de la televisión en la fallida transición a la democracia en México, que cuenta con las calificadas opiniones del periodista Jenaro Villamil, los senadores Javier Corral y Manuel Barttlet y el magistrado del tribunal electoral del DF Pedro Rivas.


¿Por qué festejaron tan pocos el triunfo de EPN?

Eran las 8:13 pm. del 1ro de Julio del 2012. Iba manejando escuchando un reporte especial de las elecciones en el radio. El locutor: Alejandro Cacho, cuya transmisión parecía demasiado tendenciosa hacia la presunta victoria de la coalición compromiso por México, encabezada por el candidato Peña Nieto. Habían reporteros en las cedes del  PRI, PAN y PRD que le mencionaban a Alejandro Cacho del ambiente que se vivía en esos momentos.

Por su parte, al reportero en la cede del PRI se le escuchaba con un tono como si se le hubiera aparecido la virgen, diciendo que el ambiente que se vivía era de fiesta y que había luces, música y que todo el mundo se estaba felicitando dentro, esperando prácticamente que el IFE diera por ganador a su candidato. Llama la atención que, a esa hora, solamente llevaban computadas menos del 1% del total de las actas. Me pregunté: ¿Esto es en serio?, y me respondí. Si fuera así, sería un descaro por parte del PRI anunciarse como ganador en este momento. Recuerdo incluso cuando EPN recibía la instrucción de decir que a él no le correspondía decir si era el ganador de los debates que hubo y que era el pueblo de México el que debería decidir (casi hasta se me salen las lágrimas de recordarlo). Entonces.. ¿por qué festejar antes de tiempo ahora? El diario el Universal, había impreso antes de las 9 pm  del mismo 1ro de julio su primera plana, anunciando que había sido EPN el triunfador. El teatro estaba armado desde hace años.

En la cede del PAN, reportaban de plano un ambiente desolador, caras largas, preocupadas, y para ese entonces ya la candidata Josefina Vázquez Mota (JVM) había anunciado que los resultados no le favorecían. El ambiente lo pintaban mal y solo cabe destacar que su situación desfavorable era bien sabida por la candidata desde semanas atrás, también era sabida por muchos mexicanos. Hubo por supuesto, quienes se la pasaron atacando sin cesar al candidato de la Izquierda en las redes sociales, pues su candidata era incapaz de hacer proposiciones creíbles, o al menos, que en realidad beneficiaran a México. Seguía la misma línea del gobierno entreguista que Felipe Calderón, del que agacha la cabeza ante las potencias mundiales, o ante cualquiera que tenga dinero y un jugoso negocio que ofrecer.

En la cede del PRD, el reportero se encargó que en nuestras mentes se pintara una cara de preocupación de los simpatizantes de Andrés Manuel (AMLO), como si dieran por hecho una derrota inminente. Alejandro Cacho puntualizaba a cada rato que AMLO había dicho que llegaría ahí a una hora determinada para dar algunas declaraciones pero que era la segunda vez que ya se había pospuesto la llegada y dejaba en claro para los radioescuchas que se trataba de un ambiente tenso y de incertidumbre.

El fraude ya se esperaba. Lo importante era saber quiénes, cómo, en qué lugares, de qué forma se daría. De cualquier manera, cuando al anochecer se dieron los resultados del PREP, que le daban la ventaja a EPN, pero en las calles no pasó nada, y me refiero en toda la república mexicana. La única fiesta se vivió en el CEN del PRI, donde hasta el cantante Julio Preciado se prestó para amenizar el teatro armado.

Cada día que pasa, hay acciones que hace el PRI (declaraciones, nuevas pruebas de compra y coacción de votos, etc.) que son como un granito de arena que cae un saco de indignidad perteneciente al pueblo de México. Ellos creen que pueden meter ahí costales llenos de basura sin que reclamemos, pero esta vez, diría que apostaron demasiado alto, sobrestimaron la idiosincrasia del mexicano y creyeron que nos venderían una telenovela para llevar a cuestas, nosotros y el precio que tendrían por pagar nuestras generaciones de concluirse esta burla a la democracia. Pero el pueblo, aunque sumiso, está viendo cómo este saco, más que lleno está desparramándose y ya no hay más lugares a mentiras y engaños. Solo es cuestión de esperar un poco más… En este mismo momento, en que se siente un silencio y pareciera que nada pasara, el PRI está preocupado por las manifestaciones de miles que salen a las calles y que gritan a viva voz “Si hay imposición, habrá revolución”, “Fuera Peña”, entre otras consignas y repito: Solo hay que esperar un poco más.

lunes, 16 de julio de 2012

A algunos días de las elecciones (del fraude)

Llego a mi casa y, a quince días de haber votado, me queda todavía el mismo sabor amargo de ayer, de antier, y de los demás días; soy parte de esa impotencia colectiva que se siente en el ambiente, que no se quita con una ida al cine o tratando de pensar positivamente. Pero no soy el único, millones de mexicanos lo sentimos y tenemos --estoy seguro de ello-- una corazonada de que el PRI, tenga que vérselas duras con un pueblo mexicano que exige justicia pero sobre todo, exige una vida libre, con mejores oportunidades y no lo que alcance a salpicar un gobierno autoritario, lleno de mañas y lleno de dinero del erario público. 

Y ya que no puedo ir a los puntos concurridos de la ciudad a gritar esta inconformidad por mi cuenta, sin antes ser tachado de fanático, mal perdedor, pejezombie, revoltoso, etc., he decidido crear un blog para hacer catarsis, y también por si hubiera alguno que no esté enterado de la situación política en México; aquí trataré de describirla, tratando de ser lo menos subjetivo que me permita el alma.

Para no andar con divagaciones, mi voto de estas elecciones se lo di al señor Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Cabe aclarar que lo hice después de informarme muy bien, meses antes del primero de julio. Dediqué horas enteras a ver documentales, leer en internet, en periódicos, platicar con muchas personas, etc., por lo que tengo  mi conciencia tranquila. Es deplorable ver la desinformación en torno a AMLO. Algunos medios de comunicación, motivados por la ambición del poder y obedeciendo a la razón de "favor con favor se paga", se han encargado de desfavorecer su imagen, de hacer creer que tiene ideas comunistas, de llamarlo "Peligro para México", y muchas cosas más. Pero por otro lado, elogian a quienes se encargaron de empobrecer al país en los últimos 30 años y omiten sus desfalcos, tiranías, corrupción, autoritarismo, y todos los adjetivos deshonrosos que usted le quiera colocar.

Es imprescindible mantenernos informados de la situación poselectoral. He escuchado comentarios como: “Pues ya nos fregaron otra vez, ahora hay que seguir trabajando duro”. Me pregunto hasta cuántas generaciones más iremos aguantando todo este lastre. Si desde el principio los mexicanos hubiéramos pensado así, seguramente hoy nos gobernaría algún descendiente de Maximiliano de Habsburgo. Ya muchos hemos despertado, pero faltan muchos más para que se unan a una causa justa, una revolución pacífica para alzar nuestra voz como una sola y hacer que valga, no solamente que se escuche.

El país está sufriendo un cambio impactante y yo quiero formar parte de ese cambio para bienestar de mis prójimos y de las generaciones venideras. Es hora de permanecer activo para hacer valer ya no solo un voto, sino tus derechos, tu libertad y un futuro mejor para México, porque después de todo lo que hemos pasado, ya nos lo merecemos.